martes, 4 de noviembre de 2014

NO PERMITIR






Hay que mirar claro
a todas partes
comprometerse
en poner atención
en lo que es necesario
como un centinela
siempre en su puesto
ocurra lo que ocurra.
Hay que tener
el corazón en lo más alto
izarlo para que no se hunda
en la lóbrega oscuridad
para que no se nos vaya
tan lejos que acabemos
por no reconocerlo
ni siquiera analizándonos
con detalle a nosotros mismos...
Y no permitir en consecuencia
que nos hagan pedazos
los que no nos llegan
a la suela de los zapatos
y en absoluto merecen
que los admiremos
o les ofrezcamos
ni una minúscula pulgada
de entrega o simpatía
porque no es de razón
excusar lo imperdonable.







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