sábado, 22 de noviembre de 2014

CUANDO LLEGUE EL MOMENTO






Cuando llegue el momento
serán ya cincuenta y siete
y los habrá que piensen,
bienintencionados ellos,
que a estas alturas
uno está para celebrarlo.
En todo caso ha de ser
un buen pretexto
para la reflexión serena
y asumir que hay un momento
en que uno empieza
a morirse lentamente
y es suficiente haber vivido
alguna vez en la vida
algo que haya valido la pena.
Podría incluso llegar
a desmentir a algún poeta,
arrancarme la costra y descubrir
cómo supura el olvido.
Podría recibir wasaps,
tomar una copa de cava,
acechar vacíos rebobinando
lo que una vez creímos
que sería imprescindible.
Podría tal vez hacer
un recuento de palabras,
experiencias, soledades
y desconciertos de calendario.
Y serán posiblemente
cincuenta y siete deseos
frustrados en un soplo
tan fugaz como la nada.
A estas alturas poco más queda
salvo evitar nuevos naufragios.









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