jueves, 25 de septiembre de 2014

EL AMOR ES VIDA





Recorrer caminos y campos,
ciudades y pueblos,
sin evitar pensar en todos
aquellos que antes
han pasado
por esos mismos lugares.
Algunos dejaron huellas,
otros han sido olvidados sin más
y muchos viven en el recuerdo
de muy pocos,
sólo aquellos que les amaron
y no pueden ni quieren olvidarles…
Pero el olvido llega inevitablemente
cuando también se van
los que nos recuerdan
¿Qué queda de todo
lo que fuimos e hicimos?
¿A quién le importa entonces?
¿Qué hay que hacer
para no ser olvidado del todo?
Porque cuando ocurre
es como morir dos veces,
pues no ser recordado
es vivir muriendo.
Por eso me gusta vivir
en la piel de mi amada,
que ella viva a través de la mía,
que respiremos el oxígeno
desprendido por las hojas verdes
que trepan nuestras bocas
y alimentarnos de la salvia
hecha néctar que resbala
por nuestros labios.
Sólo el amor y no las grandes gestas
puede hacernos vivir eternamente.
Y es que el amor que tengo
es vida vestida de emoción,
erotismo y ternura,
la que con su mirada nos lleva
al misterio de la fuente
de la eterna juventud,
el bálsamo de la inmortalidad,
a no morir mientras exista
el ser que nos ama,
la piedra filosofal de la existencia. 





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