Nos buscábamos el uno al otro,
pero no lo sabíamos,
nos cruzábamos repetidamente
un día y otro también
un año y otro año más
sin saber que el amor
nos tenía destinado
un futuro juntos,
pero que dependía de nosotros
descifrar ese enigma
que tanto asombra a veces.
Qué fácil hubiera sido
fracasar en lo fundamental
de nuestra vida
sin ni siquiera habernos dado
una oportunidad para intentarlo.
Durante mucho tiempo
todo se suscribió
al ámbito del trabajo,
por lo demás siempre fuimos
dos desconocidos...
Hasta que un inusitado día
me sorprendiste
con una pregunta constreñida
a una cuestión personal,
y superando mi sorpresa contesté
que efectivamente dedicaba
parte de mi tiempo libre
a esta maravillosa locura
de crear algo parecido a la poesía.
Y de esa sencilla manera
empezó la historia,
estremece pensar la cantidad
de sutiles factores
que pudieron impedirnos
la felicidad de estar juntos
después de algunos fracasos
que nos habían hecho pensar
que el amor no estaba
establecido para nosotros...
Y no dejo de pensar
en toda esa gente que ahora
se encuentra
en una situación parecida,
arrojando la toalla convencidos
de que nunca les ha de llegar
el momento tan ansiado,
cuantas veces comentamos
que deberían tener la esperanza
del ejemplo que simbolizamos...
Porque la vida es lo que es,
sorpresa tras sorpresa
y en una de ellas,
puede incluso que parezca
a priori la más intrascendente
esté lo inexcusable
que les cambie el futuro
al que ahora se sienten convencidos
de estar destinados.
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