UN HOMBRE ASEDIADO

Un hombre asediado

por la acción de la barbarie
se levanta cada día
y hace recuento
de unas pocas verdades,
aunque en realidad

le gustaría
deshacer el nudo

que aprisiona sus sueños:
abrir la pequeña tienda

para sumirse en la rutina

sin que ninguna

explosión la altere,

un hijo yendo a la escuela

sin armas que le vigilen

ni soldados que puedan

machacar su futuro

en un plus de violencia

absolutamente gratuita,
un ritmo de vida
que no parta entre piedras
su corazón ardiente,

una sensación de libertad

ausente de muros,

vallas y controles militares.
Pero hoy tampoco

habrá descanso

para los que usan el cielo

para lanzar bombas y misiles,

así que esta mañana
su agonía abrirá de nuevo
la escasez de alimentos
y cerrará en las noches
con candados brutales.