miércoles, 23 de julio de 2014

SED




No me gustaría
que un vaso de agua
pudiera saciar
la sed que me invade,
ni que fuese esta
una sed que me lleve
a ser una criatura
que lame la mano
del amo que limosnee
el agua que le sobre.
Lo que yo quiero
es tener una sed
insaciable de mí mismo,
de un mundo en paz,
de un agua que sea
propiedad de todos,
de un albedrío
que no se coarte
con leyes injustas,
fanatismos y fronteras
y que nos lleve a ser
legítimos dueños
de todo el acuífero
con nuestras alas
de naturalezas libres
chorreadas en felicidad.





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