miércoles, 30 de julio de 2014

PODREMOS





Podríamos hablar del abandono
de cómo nos están
poniendo una pistola en la sien,
de cómo hemos puesto
la resignación de nuestra parte
para que hagan con nosotros
lo que les ha venido en gana,
pero no lo haremos
porque ya va siendo hora
de dejar a un lado las quejas...
Ya está bien de bebernos solos
tragos de amargura,
embobados mientras
todo nos lo quitan
asumiendo que ese
es ahora nuestro destino.
Se acabó lo de hablar
en tono de renuncia,
en indignarnos solamente
cuando nos encontramos en una
conversación de cafetería.
Estamos aprendiendo
a dejar de contemplarnos
desde la orilla señalándonos
a nosotros mismos
asegurando que nos ahogamos.
Ellos ni se imaginan
cuánto hemos aprendido
y aún así les empiezan
a asaltar los temores
porque ya no somos hojas
que se dejan arrastrar
por las aguas de una realidad
distinta a la soñada:
Cualquiera puede ver las señales
de que se está levantando
el aire de la vida que vivimos
entre pedregales
y extiende sus miembros
como la lluvia hace
hacia todos los hombros
que se arriman
convencidos de que podremos
revivir a los niños muertos
que han dejado
a los pies de nuestra cama
y que aún hay tiempo
para soplos de alegría.





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