sábado, 21 de junio de 2014

LA SEÑAL





Me gusta alargar el brazo
y sonriendo hacerte la señal
que ambos conocemos,
esa que significa: Ven aquí
y reposa en mi hombro
el cansancio del día
porque así podré a mi vez
descansar también
mientras te acaricio despacio
y caemos ambos en la magia
del sueño que nos vence.
Me gusta sentir cómo
tu respiración se acompasa
al ritmo de este sentimiento
que se adormece suavemente
y cada vez que eso ocurre
siento que me proporciona
la valentía suficiente
para combatir lo que afuera
pudiera ponerse en el camino.
Y es así como cada noche
nos gana terreno el sueño,
entendiéndonos  en el idioma
del cuerpo y las voces del tacto.






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