domingo, 15 de junio de 2014

ERES





Eres aquella mujer que añoré
durante tantísimo tiempo:
el despertar de los sueños tardíos
que parecían no llegar nunca
la confirmación de la calidez
en este frío estar que nos rodea
el sentimiento, en fin, que prende
en medio de tanta confusión
que sólo sabe de vanidades...

Eres el impulso que reverbera
sin fin en los vórtices de mi alma
la mujer que desfiló por mis sueños
la raíz más profunda de mi mismo
porque antes de tu piel no hallaba
playa alguna cuya superficie
mimara de esta manera tan bella
la fragilidad de mis manos.

Eres hija del amor cotidiano,
artesana del ensueño y de los versos
que desparramo por el mundo
como dueña de los pequeños ritmos
que transforman la vida perecedera
con la que anhelo explorar
el fondo exquisito de tus ojos
porque en ellos la maleza de los días
no puede ocultar la paz que buscaba.





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