lunes, 12 de mayo de 2014

NAVEGANTE





Enredado en los ásperos
mares de la existencia
agitando mi bandera
de corazón derrotado
circunnavegaba un mar
peligrosamente cercano
a las brumosas costas
de la desesperanza,
sus negros acantilados,
con la expectativa secreta
de ver en ellos un futuro.
En los labios azules de sal
he comprendido su bravura
y en los ojos el reflejo lunar
atado al pescante herido
de la soledad en el tiempo.
La cuestión es que supe
sobreponerme a la fatalidad
hasta encontrar el rumbo
que me llevó a deshacerme
en los confines de tu aliento.
Allí sentí en mis manos
el temblor de estar vivo,
así que he visto portentos
asilarse delante de mis ojos.
Lo que me ha costado creer
que la cuenta tenía para mí
alguna vez su providencia
y finalmente me he tenido

que rendir a lo evidente...





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