domingo, 13 de abril de 2014

PASEO




Recorro tranquilamente
el paseo paralelo a la playa
con los últimos rayos
de un sol benévolo
que parece apreciar
los reflejos de la primavera,
mientras contemplo cómo
a mí alrededor se relaja el día:
Hombres y mujeres,
pasan cogidos de la mano
algunos miran sonrientes
los juegos de sus hijos en la plaza
o les enseñan los colores
del mar y el cielo,
otros cierran los ojos
y se dejan inundar por el olor
que remolcan las olas...
Las cafeterías lucen llenas
de conversaciones tranquilas,
en una esquina de la plaza
un grupo improvisado
de amantes de la música
rasguean sus guitarras
y entonan acentos diferentes
venidos de no se sabe dónde.
Por un instante todo
parece sumamente sencillo,
como si vivir fuera eso:
Sentir las energías positivas
y mostrar lo hermoso
que puede ser el mundo
si lo dejamos en paz.






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