Afuera se escuchan
los rumores de la ciudad
que antes fue bosque
y previo al antes
era la nada hasta
que vino el volcán
a vomitar regueros de lava
que desde el mar
engendraron una isla,
luego llegaron semillas
que poblaron los campos,
mucho tiempo después
fueron cultivadas
y casi antes de ayer
alguien puso las calles,
levantó edificios
creando la geografía
de la incongruencia humana
donde lo inverosímil
esgrime sus miserias
hasta convertirse
en veneno para el aire...
Este saber se consuela
porque detrás del bullicio
de la crónica urbana
algo valioso ocurre,
es que te sé y mis ojos
se estremecen al pensar
la constancia del amor
en un cosmos tan mutable.
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