Tal día como hoy
hubo una explosión
que llenó de flores
las calles de Lisboa
y hubo veleros
y hubo veleros
de felicidad popular
navegando a toda vela.
Fue una fiebre
que consumió al fascismo
en una mañana de abril,
cuando las traiciones
navegando a toda vela.
Fue una fiebre
que consumió al fascismo
en una mañana de abril,
cuando las traiciones
que hoy nos asolan
no habían nacido,
la libertad era un fruto
no habían nacido,
la libertad era un fruto
ansiado con fervor
y tenía un sabor secreto
de esperanza y afecto
en el que todos juntos
de esperanza y afecto
en el que todos juntos
podríamos alimentarla
bajo un mismo techo
bajo un mismo techo
de fraternidad entonada
con baladas de dignidad
en lugar de balas asesinas...
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