martes, 4 de marzo de 2014

EL OFENDIDO PUEBLO ESPAÑOL


Resulta que los españoles están ofendidos porque el gobierno les ha mentido, no cumpliendo lo que el Partido Popular había recogido en su oferta electoral y porque ha acabado haciendo la mar de las veces exactamente lo contrario de lo que se había prometido... Y yo me pregunto qué era lo que esperaba el pueblo español cuando le otorgó a la derecha un poder nunca visto en nuestra joven democracia, abriéndole las puertas para que hicieran en nuestra casa lo que les apeteciera, prácticamente se les otorgó carta blanca para cambiar el país de arriba a abajo: Mayoría absoluta en el parlamento nacional y la capacidad de gobernar en casi todas las demás instituciones, llámese Comunidades Autónomas o Ayuntamientos.

Pero el Partido Popular no surgió por generación espontánea hace un par de años, tiene una trayectoria detrás que está llena de manipulaciones, populismo barato, mentiras y menosprecio a los ciudadanos tanto en sus etapas de gobierno como en la oposición. Había sido el partido de la guerra de Iraq, el desastre ecológico del Prestige, el ultraje a los soldados españoles muertos en el accidente del Yak-42 o la desvergüenza manipuladora sobre las causas del mayor atentado terrorista perpetrado en suelo español, insistiendo en ello aún cuando la justicia dictaminó exactamente lo contrario de lo que plantearon... En cuanto a actitudes, nadie podía llamarse a engaño: Por sus nombres teníamos que haberlos reconocido, gente con suficiente trayectoria detrás como para que ahora vengamos a hacernos los sorprendidos.

La cuestión es que nos dejamos convencer de que habíamos entrado en el selecto club de los países ricos y comenzamos a ‘actuar en consecuencia’. Despreciamos a los sindicatos porque ya no hacían falta y a los que seguían hablando de la importancia de mantener en alto la bandera de una ideología por utópicos, nos persuadimos de que la izquierda y la derecha ya eran lo mismo, que daba igual quién gobernase porque al fin y al cabo la cultura de la tarjeta de crédito nos daba un poder económico infinito. Creímos haber dejado atrás cualquier peligro de involución social, como si los derechos adquiridos fueran para toda la vida independientemente de quién gobernase. Olvidamos el pasado y nos sumimos alegremente a la  campaña brutal de desprestigio hacia Zapatero en su etapa final... Y cuando llegó la hora de votar un cambio, la derecha lo hizo en masa y los electores progresistas se quedaron en casa rumiando su decepción, aceptando sin más la trampa del mal llamado voto útil que ahora sería de castigo, sin hacer caso de otras opciones ideológicas que ya planteaban la necesidad imperiosa de una renovación democrática.


Por supuesto que el partido en el poder nos ha engañado, pero los ciudadanos españoles no son en absoluto inocentes en esta Gran Mentira que nos ha traído hasta los lodos donde hoy nos ahogamos. Quizás hasta era necesario que algo así pasara para que de una vez nos demos cuenta que cuestiones como la libertad, los derechos sociales, la democracia y el amparo a los que menos tienen han de ser defendidas en todo momento, independientemente del dinero que acumulemos en la cuenta corriente o en el bolsillo. Vaya por delante que el que esto suscribe no alberga demasiadas esperanzas de que así sea... Porque de temas como el egoísmo y la insolidaridad también sabemos muchísimo. Que se lo digan si no a los inmigrantes. Lo siendo, pero no siento yo demasiada lástima por el ofendido pueblo español. Cada uno tiene lo que se ha buscado.



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