lunes, 3 de febrero de 2014

REBELDÍA




Hay momentos
en que el cansancio
supone la tentación
de encerrarse en casa
para no escuchar
los gritos callados
de la gente...
Pero es tanto
el barullo en la herida,
el dolor infligido,
que resulta impensable
mantenerse al margen:
La pesadumbre
llega en oleadas,
viene con el viento
que trae los sonidos
del quebranto.
No hay lugar
para la tregua o el respiro
porque cada día
supone un nuevo motivo
de llover indignación
y llenarse el alma
con un compromiso
de descontento
y obstinada rebeldía:
en todo corazón caben
las espinas y las rosas,
hay que cultivar el amor

y enaltecer la rabia.



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