Claro que el tabaco mata,
pero como yo no fumo
exijo que también me muestren
estampados en las cajetillas
el estado de las escuelas,
los hospitales, los transportes,
las comisarías y las cárceles,
la lista de los que esperan
un trasplante o una ayuda,
la de los inmigrantes muertos,
la de la corrupción del gobierno,
la de todas las mafias, ya sea
con despachos lujosos o sin ellos...
Muéstrenme los contenidos
de los sobres bajo mesa,
la autoría de los que contaminen
la tierra, el aire y las aguas,
la manera en que la gente
se ve obligada a dormir en la calle,
cómo se puede salir adelante
con salarios de miseria,
cuánto se mata y cuánto se roba
en nombre del sistema,
cómo se enriquecen los políticos
los burócratas, los sindicalistas,
cómo rapiñan las empresas
y por qué y dónde se nos explota...
Exijo ver todo esto y mucho más
en los paquetes de cigarrillos,
leer por ejemplo ‘La corrupción mata’
y después decidir si quiero
o no morirme de esa enfermedad,
si es que en verdad
existe la libertad de decidirlo.
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