martes, 24 de diciembre de 2013

¿FELIZ NAVIDAD?



¿Cómo olvidar
que arrastrado por el galope
del malévolo animal
que decide su destino,
el hombre se deja vivir
herido de opresión?
¿Cómo dejar de lado
que la bestia trota
atravesando las veredas
donde aguardan
los tesoros de la rebeldía
pero no se detiene,
sometido el pasajero
a los demonios de un viaje
donde sólo queda
la caricia de la cabalgada
sobre una hierba
ya reseca de esperar?
Cómo desdeñar
que sólo en momentos
de extraña lucidez
se intuyen extraños ecos
con palabras que acechan salir
de gargantas extraviadas
preñadas de quimeras?
¿Cómo es posible
documentar un poema
interpretando lo que ocurre
y desaparecer en la nada
deseando al que lo lea
una quimérica felicidad?
Pues porque pase lo que pase,
jamás hemos de olvidar
el deber y el derecho
que nos asisten a no caer

en las garras del desaliento.




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