Si dejas que te infecte
el virus de la poesía
pronto te das cuenta
que en el fondo se trata
de una forma vaga y bella
con la que se dibujan
sonrisas y llamas
construyendo series
de palabras que se entrelazan
formando una puerta
forjada en tinta
que da acceso a un jardín,
si te dejas llevar abriendo
la mirada del alma.
Parece un tupido bosque
que calla entre silencios
con una extraña melodía,
o el espejo envejecido
o el espejo envejecido
donde se mira un ciego
para soñar lo que nunca
ha visto y por ello
llora una gota de lluvia
que diluye la misma tinta
que es la esencia
de las palabras hermosas
que alguien escribe
para luego desaparecer
en la nada del mundo.
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