lunes, 7 de octubre de 2013

SONETO



Tus cabellos, de amor y aire hechos,
ornan la faz que alimenta mis sentidos,
pacto donde el sol fomenta mil motivos
para que mis ojos sonrían satisfechos.

Tengo reservado para ellos en el lecho
el momento final del día consumido
para ser yo el soporte agradecido
que calme las inclemencias de tu pecho.

Cabellos cual trigal de oro cristalino,
espigas donde mis dedos se contentan
de sentimientos que forjan su destino


y el alma de querencias se alimenta,
desde que esta exquisitez sobrevino
a llenar de riquezas nuestras cuentas.


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