ALIMAÑAS

Desde púlpitos o escaños

se predica sobre la vida

que deberíamos llevar

o los ideales

que habríamos de sentir

tras la puerta

de nuestros ojos,
a contramano de la iniquidad

que encarnan

los que sobre tales cuestiones

verbalizan con verborrea

tan falsa como hueca...

Porque no basta

con seguir engordando

las cifras del batallón

de los desheredados,

no basta con el especial

hincapié que ponen

en hacerlos infelices;

encima pontifican

sobre esa quemazón

tan íntimamente viva,

convertidos los causantes

en salvadores

de patrias, almas y economías...

Me pregunto

cuánta ignominia

es necesaria

para rellenar la nada

y cómo es posible

que permitamos
reproducirse tan fácilmente

a las alimañas de esa calaña.