jueves, 13 de junio de 2013

VERANO


Llegan tiempos de verano
y le doy la bienvenida al calor
con un trozo de playa en el plato.
Los niños ya respiran vacaciones,
y aunque en la radio se debate
de nuevo la corrupción política,
después de un día de playa
hay matices de vida
que suavizan las aristas.
Es una jornada que aunque
suene a irrepetible
sé que volverá a reproducirse
en cuanto haya ocasión para ello,
eso me hace sentir un privilegiado.
Mañana, quién sabe,
puede que vuelva la rabia
contra los desmanes del gobierno,
quizás otro cualquiera deje
de ser fiel a sí mismo
y nos traicione vilmente
como en tantas ocasiones ha ocurrido,
momentos en que tras las sombras
se esconde el aroma del silencio
y se desnudan las esperanzas...
Pero ahora miro la pantalla del ordenador
y por ahí andan dispersas
las palabras que durante el día
han recorrido los caminos de mi mente,
la sensación de felicidad compartida
que no deja de abandonarme
desde que ella está a mi lado
para que alabe día a día a mi suerte.
Por eso quiero dejar sentados
los puntos sobre las íes como sello personal,
con la intención de que sus ojos
los encuentren y sepan
que describo nuestra huella
para que en la estación que comienza
permanezca latente
un sentir que está muy por encima
de todo lo que suene a indiferencia...




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