GUARAPO

Sol de médano en mujer,
la miro ahí tumbada

al borde de la piscina,

piel que comienza

a ser verano

y suavemente va tomando

la tonalidad del guarapo.
Y sueño mientras

ella cierra los ojos,
y la brisa trae su olor

a protector solar,
mientras reverbera

la mañana en un pedestal

de estío anunciado.
Conversamos de cosas

intrascendentes,

nos ponemos de acuerdo

sobre la comida de hoy

y la tentación

de respirar su cuello

se vuelve irresistible

por la felicidad

que entraña su índole.
La brisa mueve

en suaves ondas el agua

en una danza que sonríe

a los poros de mujer

que transpira amor
mientras la miro

y dulces se vuelven

mis deseos,

por esa piel de guarapo

que me condena

a su maravillosa

presencia todo el día.