domingo, 10 de marzo de 2013

PARA VIVIR




Pérdidas, desilusiones,
demasiadas lejanías.    
Se arremolinan las sensaciones
y los senderos se oscurecen
bastante más de lo necesario.  
Vivir, sobrevivir, morir, 
cerrar los párpados por decisión 
y luego…¿quién lo sabe?. 
Todo puede considerarse válido.
lo profundo nos llama a veces
la oscuridad nos atrae
como el vértigo
al borde de un precipicio.
Pero existen los amaneceres
y la luz que da el contrapunto,
la luminosidad del alba
que trae consigo la paz
y está también
el llanto de las nubes
que despeja los cansancios. 
La vida sigue ahí para recomenzarla.
Y cuando tal certeza se descubre
ya no importan la lluvia silente
o las luces sin destello,
la vida está ahí para vivirla.


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