lunes, 25 de febrero de 2013

MIES Y POESÍA



Hay una inmanencia
que trasciende cual polen
que el aire esparce
por la mies de mi poesía
hasta tal punto que ahora
no podría entenderse
sin el protagonismo que reitera.
He sucumbido gradualmente
a la inspiración de su sonrisa
y allí me injerto y escribo
hasta que el poema enraíza
fractal de posesión
mientras degusto en la boca
el sabor que personifica.
No es perfecta, lo sé,
pero ni falta que le hace
porque es lo que necesitan
mis ojos y mis manos
para recolectar inspiración
a su presencia tan deseada.
Y en su rostro abierto
como un campo de amor
donde germinan
los dorados tonos del trigo
hoy escribo mi paz,
en el tiempo de un corazón
donde recojo la cosecha
de las palabras que quise
sembrar en una mujer siempre.


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