lunes, 21 de enero de 2013

NIÑOS



Hoy quiero escribirles
para que al nombrarlos
mis palabras se contagien
de la entonación primera
porque en ellos reside la luz
que alumbra el futuro,
y deberían ser el sostén
de nuestra ternura.
Hoy escribo sus rostros
en este poema para entender
mis versos como un deseo
de esperanza en la luna nueva
que se está gestando
ahora mismo en sus corazones.
Escribo para decirle al mundo
donde escenifican
su tragicomedia los adultos
que debería convertirse
en un mágico patio de juegos
desde donde se elevase al cielo
el despertar de las cometas
para que les ayude a abrazar
con sonrisas la vida que les espera
y les acune el tiempo de la niñez
con nostalgia y querencias
ya siempre en sus recuerdos.



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