Escribo esto en el Día de los
Difuntos. Parece el más indicado para recordarles a los vivos que ya no puede
haber dudas de que las medidas que están tomando Rajoy, Merkel y la Troika Comunitaria
provocan víctimas mortales. En este país las primeras están siendo los suicidas
que, incapaces de disparar contra los causantes de sus males, se agreden a sí
mismos en un acto de liberación que tiene mucho de tragedia griega y con visos
de no dejar de crecer. No se vislumbran remordimientos en los culpables morales
de tales hechos porque están en otra cosa: lo que verdaderamente les interesa
es sanear las cuentas de los bancos mientras a los demás nos asfixian con
medidas económicas que sólo benefician a sus amos, las huestes del gran
capital.
No se engañen, esto ya no es
ni siquiera capitalismo, porque a lo que hacen aún no ha habido tiempo de
ponerle nombre: Han inventado un nuevo sistema en el que los banqueros y las
grandes fortunas ganan siempre porque cuando se meten en un berenjenal donde no
lo consiguen, se les rescata independientemente del coste que ello suponga.
Mientras tanto a los ciudadanos del común se les decretan recortes
salvajes, subidas mareantes de impuestos y leyes que les cercenan derechos y
libertades... Sin olvidar la sangría moral de los desahucios, que ya son
350.000 desde que se inventó este pretexto que denominan crisis. La iniquidad
es la base que sostiene la labor del gobierno del Partido Popular, que ha
dejado de ser de todos los españoles: Una desastrosa política económica que
mantienen a toda costa, y un desprecio inaudito hacia los cientos de miles de
afectados que van dejando en el camino, víctimas de la reforma laboral y de las
medidas que se han adoptado para auxiliar a la banca. Y ahora que llegan las
muertes sigue sin pasar nada, posiblemente se les considere simples víctimas
colaterales, un apartado estadístico más en un debe al que no hacen ni puñetero
caso.
Tanto dolor resultaba
inconcebible hace unos meses. La pregunta es si acabaremos incluso por
acostumbrarnos o por el contrario demostramos que a este pueblo aún le queda
sangre en las venas... La convocatoria del 14 de noviembre es una buena
oportunidad para definirnos.
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