jueves, 1 de noviembre de 2012

ELLA




No es un sueño,
lo sé porque la conozco:
identifico a todas sus ellas
aunadas en un solo
y maravilloso enjambre,
en un único estado,
en una sola sustancia...
Todas sus ellas
se me han mostrado
en el espíritu del día
y en las pausas de la noche...
Despiertas, dormidas,
decidieron un día acariciar
todas juntas los mismos ojos.
Se entregaron al deseo
de una afortunada piel,
esa que celebra
su olor a incienso de sal,
a mar recién descubierto,
a pasión de existir.
Toda esa piel que quiere
transmitirse y adorarlas
porque sabe que ellas
son sólo un ella,
únicamente un ella
en todas sus variantes,
entregada frente a frente
a unos maravillados ojos.
El sueño que alguien soñó
sobre los pasos de un tiempo,
ejecutando otro espacio nuevo
al encuentro de la plenitud.
En el sueño de un tiempo
que ya no es sueño,
sino providencial realidad
siendo ella frente a frente
a unos cautivados ojos.
Ella como compañera en todo
impregnando la mirada,
únicamente ella
en los pliegues de esa piel
de mujer que tanto anhelo
y que siempre amaré...


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