lunes, 3 de septiembre de 2012

PLAYA


Hacia sí misma
la cala se recoge
tras el resguardo
del cerro inconfundible
que le da nombre,
mientras recibe
espumantes caricias
donde el mar obtiene
el triunfo de una orilla.
El aire lanza
partículas de arena
desde la coda del verano
en un cimbrado
continuo de dunas
en inquieto abandono.
Entre los restos
de la última marejada 
giran destellos
de sol transparente,
y luz desmantelada.
Es imposible
no integrarse
en la armonía del entorno:
Mi playa es siempre
el escenario tranquilo
donde todos encuentran
lo que cada cual
viene buscando.

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