sábado, 22 de septiembre de 2012

CUERPO




Cuerpo de mujer
madurado en el color
de las dunas isleñas
y que añoro siempre
que no se torna inseparable,
pues me regala generoso
el sencillo esplendor
de los días de playa,
las olas suaves del azul
rompiendo en basaltos
de espuma y cavidades.

Cuerpo circundado
por el fluido matiz
venturoso del verano
donde se incendian
en dorados estratos
el nácar y la luminosidad,
con destellos de arena,
de sol y mar en calma
gozando su compañía.

Cuerpo donde se vierte
la eterna juventud
de una vida en el amor.
Cuerpo de horas
que se desgranan
a velocidades candentes
de aliento cristalino,
transparencia de formas,
acompañando mis noches
y deslumbrando mis días.

Cuerpo que es fundamento
en los atardeceres
desnudos del verano
donde en la umbría
de una sombra protectora
se abanican sedientos
el alma y la garganta
con suaves tragos de frescor
matizados por un beso.

Cuerpo lleno de tersura
nacido para la dicha
con un toque de volcán,
que siento abrazarse
a veces a mi piel
festejando esta realidad
de hombre afortunado
que lo admira y lo ama.


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