Anoche me encontré
con las manos
de Víctor Jara
en uno de mis sueños,
lloraban porque habían
perdido su guitarra.
Desperté
con una suerte
de terror en los sentidos
y me asomé al balcón
para vomitarle
al mundo un gesto
que le recordara.
Pero los que pasaban
por la acera
se extrañaban
y aunque escuchaban
emocionados sus canciones,
me confesaban
que no sabían quién era.
No hay comentarios:
Publicar un comentario