REALIDAD

Hay silencio en la casa,

los gatos se repantigan,

buscando cada uno

su lugar favorito.
El viento llega en volandas

desde sus lugares de siempre
para ver si estoy escribiendo

sobre su manera de entender

la existencia de las nubes.
Pero ya ves, tú duermes
y yo escribo sobre ti.
Pongo bajita la música,

pero la quito enseguida
porque ahora mismo no quiero

ningún ruido en mi escritorio
excepto el sonido de las teclas

mientras te escribo un poema

donde lo que me haces sentir

es el protagonista absoluto.
Los gatos vienen a mirarme

de vez en cuando

y parece que entendieran

lo que ocurre y me sonríen.
La nueva casa ya es el hogar

donde todo se comparte

y me reafirmo rotundo

sobre estar haciendo realidad

la posibilidad perfecta.