martes, 3 de julio de 2012

GRECIA



Amparada en las tinieblas
de la noche helena
la sombra miserable
de un banquero en apuros
negocia con el fuego
el reparto de las cenizas
que asolan el país.

Los súbditos de la hoguera
gritan indignados
y perfuman con su ira
las incógnitas de un futuro
que nadie se atreve
a pronosticar.

Pero todos saben
que el invierno será frío,
traerá mordiscos de hambre
y trajes de pan negro
cortados en rodajas de silencio.

En esa oscuridad
de pesadilla insomne
espero que les llegue
el afán solidario  
que remueve
nuestras conciencias,
porque su hoguera
es también la nuestra.


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