Cuando se mira la mar
retornan muchas cosas
al vértigo de la memoria:
al vértigo de la memoria:
Como por ejemplo,
el sentimiento de ínsula,
el sentimiento de ínsula,
heredero de volcanes
que han creado vida
que han creado vida
conjugando agua y fuego.
O el futuro de una niñez
gravitando perspectivas
henchidas de océano,
sueños ornados de pinos
e ilusiones con razón isleña.
O la nada hecha caricia
de encendida ternura
cuando dos amantes
comparten sensaciones
de felicidad acompañada.
O las lágrimas derramadas
por amores frustrados
entre aromas a sal
y lamentos de una orilla
que acaricia solícita los pies
y alivia males del alma.
O el redescubrir un paraíso
cuando se torna compartido
en el litoral de un horizonte
edificado en el día a día.
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