jueves, 28 de junio de 2012

HACER ALGO



Las leyes injustas y arbitrarias
se nos están acumulando
unas tras otras
en una pila casi interminable,
lijando los derechos humanos
con una espiral reaccionaria
que parece no tener fin
y en la que aceptamos resignados
un pequeño dolor,
lo asumimos hasta que desaparece
y ya podemos ser sometidos
otra dolencia aún mayor.
En esta mecánica perversa,
consentimos leyes laborales
que hace pocos años
habrían sido impensables,
ante la presión financiera
desaparecen peldaño a peldaño
las pautas que nos protegían
de la voracidad del sistema.
De esta manera se pondera
sin reparo alguno y con la mayor
iniquidad el coste de un enfermo
o el número de alumnos por aula,
como otrora Hitler hacía
en sus discursos contables,
donde cuantificaba el coste de una vida.
Es el paradigma de la violencia,
el preanuncio de algo peligroso
que se está gestando
ante nuestros paralizados ojos.
Comienzan a no estar tan lejos
el horizonte y la mentalidad fascista:
Va siendo hora de hacer algo.


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