jueves, 17 de mayo de 2012

UN DÍA



Un día sorprendente 
nos volvimos presencia 
y decidieron besarse 
nuestros sueños. 
Mis ojos desiertos 
se miraron en los tuyos 
y entendieron. 
Empecé a sentir 
que tu vida estaba hecha 
para mi tiempo 
y que la mía quería ser partícipe 
de tus caricias y tus pesares. 

¿Dónde viviste todo este tiempo 
en que existías sin verte? 
¿Cómo podía cantar 
sin la dicha de tus labios? 
Se acabó el tiempo de no amarte 
y aprendí a toda prisa a quererte 
en la nada o por el todo. 

Fue en esa presencia tuya 
donde se materializó la dulzura 
de nuestros más locos proyectos. 
Y es que hay verdades 
 deslizándose por tu cabello 
intentando configurar tu cielo y mi tierra. 
Hay un sinfín de silabas 
 derramadas a nuestros pies 
que saben de la felicidad 
 de constatar lo que sentimos. 

Insistamos y la soledad 
tendrá que buscar otros mundos 
porque estaremos vacunados 
contra el mal que acarrea. 
Y como sé que un siempre 
 suena demasiado a eternidad, 
prefiero mil veces el ahora 
que vibra emocionado 
cuando la ternura se aposenta 
sobre mi alma y tu conjuro...

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