qué ha de hacer para afrontarlo,
porque se nos anuda en las manos
y del centro de sí parece
que vuelen mariposas azules
murmurando lo que callamos.
Ahí en ese punto invisible
al filo del horizonte,
es donde me gustaría
que se encontrasen
los pensamientos de ambos,
en ese lugar donde las palabras
que no decimos se hacen nexo
y nítida voz con los ojos.
En la mitad de un sentimiento,
en el silencio de las miradas,
ojalá encontremos un norte
desde dónde las voces
lleguen
francas de expresiones
que nos dancen en el alma.
No sé si debo decirlo
pero lo digo
porque no temo
encontrar un espejismo
por entregarme a la lid
de empezar
a andar
con los pasos sin regreso.
Lo escribo en la esperanza
de que te abraces con furor
a mis palabras y broten de ti
los misterios que se aclaran
para que me abarques
a traspié de cualquier duda,
a contrarreloj y sin ningún miedo.
Se trata de eso, de abrazarnos
a todo lo azul que nos envuelva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario