domingo, 6 de mayo de 2012

LO AZUL



A veces uno no sabe 
qué ha de hacer para afrontarlo, 
porque se nos anuda en las manos 
y del centro de sí parece 
que vuelen mariposas azules 
murmurando lo que callamos. 
Ahí en ese punto invisible 
al filo del horizonte, 
es donde me gustaría 
que se encontrasen 
los pensamientos de ambos, 
en ese lugar donde las palabras 
que no decimos se hacen nexo 
y nítida voz con los ojos. 
En la mitad de un sentimiento,  
en el silencio de las miradas, 
ojalá encontremos un norte 
desde dónde las voces lleguen 
francas de expresiones 
que nos dancen en el alma. 
No sé si debo decirlo pero lo digo 
porque no temo encontrar un espejismo 
por entregarme a la lid de empezar 
a andar con los pasos sin regreso. 
Lo escribo en la esperanza 
de que te abraces con furor 
a mis palabras y broten de ti 
los misterios que se aclaran 
para que me abarques 
a traspié de cualquier duda, 
a contrarreloj y sin ningún miedo.
Se trata de eso, de abrazarnos 
a todo lo azul que nos envuelva.

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