hay pocas esperanzas
y demasiados exterminios:
Lo pueblan húmedas sombras
en continentes abandonados
donde las injusticias
que la tiranía ha ido mordiendo
borra cualquier expectativa.
Hay transparencias rotas
en los paladares marchitos
que entronizan estertores
y crean esqueletos vivientes.
Junto a estas vértebras
de la congoja construida
a golpe de cuerpos desahuciados,
la rabia enciende los rocíos.
No existirán milagros
tras esta retahíla de vergüenzas
mientras en esta parte
sigamos
sumergidos en delirios
que no tienen sentido alguno.
Detrás de la indiferencia,
hay paisajes que se pueden aprender
con el refrendo de lo solidario...
Es el único camino
para nuestra salvación y la de ellos.
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