viernes, 11 de mayo de 2012

AULLIDOS



En el rostro del aullido 
hay pocas esperanzas 
y demasiados exterminios: 
Lo pueblan húmedas sombras 
en continentes abandonados 
 donde las injusticias 
que la tiranía ha ido mordiendo 
borra cualquier expectativa. 
Hay transparencias rotas 
en los paladares marchitos 
que entronizan estertores 
y crean esqueletos vivientes. 
Junto a estas vértebras 
de la congoja construida 
a golpe de cuerpos desahuciados, 
la rabia enciende los rocíos. 
No existirán milagros 
tras esta retahíla de vergüenzas 
mientras en esta parte sigamos 
sumergidos en delirios 
que no tienen sentido alguno. 
Detrás de la indiferencia, 
hay paisajes que se pueden aprender 
con el refrendo de lo solidario... 
Es el único camino 
para nuestra salvación y la de ellos.

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