miércoles, 4 de abril de 2012

SEGUROS



¿Debería existir algún seguro
igual que los de vida, el hogar
o los del coche?
¿Deberíamos proteger
nuestra existencia
con un seguro de esos
que llaman a todo riesgo?.

¿Debería haber:
Seguro que me llama,
seguro que dice
lo que realmente siente,
seguro que me quiere,
seguro de que esta vez
será lo que yo quiero?
¿Sería arriesgado no asegurar
sus manos en mi pecho,
sus ojos en mis ojos,
su voz en mi silencio...?

¿Sería pedir un imposible
asegurar los corazones
contra la malicia, la crueldad
la intolerancia o el miedo?
¿El miedo, por ejemplo,
a que nos roben la esperanza,
al desengaño, el fracaso,
al compromiso roto
o la amargura de ver
deshechos nuestros sueños?

¿Tendríamos que asegurar
el valor de un posible
siniestro total si nos tocamos,
el coraje a que se queme
nuestro pecho,
la audacia de una riada
de momentos luminosos,
las agallas de que se nazca
un sentimiento solidario
la firmeza de saber
que eres lo que persigo?.

Me niego, prefiero el riesgo
porque si nada es seguro,
todo puede ser posible:
Hasta una vida compartida,
un manantial de futuro,
o una galería de recuerdos...

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