miércoles, 18 de abril de 2012

REVELACIÓN



Recibo conmovido
 los signos impregnados 
en tu exacta desnudez 
de hermosa compañía. 
Una mariposa te marca la piel 
mientras afuera la tarde
 se desviste de amargura 
para amar brevemente 
la calidez del paisaje.

 Mientras te acaricio 
se colma la ansiedad oculta 
que me venía asaltando 
donde terminan mis manos 
y empieza realmente 
una primavera de trazos 
conjurando nuestras pieles. 

 Me urge llegar a tu boca 
donde el terciopelo aplaude 
 la llegada de mis labios, 
y al fondo de la embocadura 
 de la ternura más ansiosa 
la intimidad es bendecida 
 y puede que en este empeño
 acontezca lo definitivo. 

 Me busco en tus ojos, 
burbujas de paradisíaca miel
 flotando sobre un lago de silencio 
que arrastra mis raíces 
 y deja rastros de luna llena. 
¿Qué es el amor sin ti? 
Sin sus límites protegidos 
por un ala inquieta, 
sin esa paz de signos descifrables 
que me hacen el amor sin tocarte. 

Y resuena tu risa,
 mientras el sol se despide 
para que la tarde queme sus luces 
y se marche en dirección 
 contraria a la luz: 
Yo me quedo contigo 
admirando entre asombros 
la obra perfecta que he escrito 
en la piel de mi amada.

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