viernes, 20 de abril de 2012

VUELO


Entre la sombra del árbol 
y la luz radiante del sol 
una luna ilusionada 
espera su porción de cosmos 
mientras un pájaro se eleva 
en busca de las nubes 
improvisando su camino. 
Quiere alcanzar las alturas 
que cantan los ruiseñores 
y es llevado en volandas 
por las alas de una ilusión 
más fuerte y poderosa 
que cualquier lastre, 
porque está convencido 
de que es precisamente así 
como debe ser su vuelo. 
Y el aire se suma
 a ese deslizarse gozoso,
 porque ya no son horas 
de dolerse en el pasado, 
 sino de emigrar en pos 
 de lo que la vida ofrece 
en el cielo de unos ojos.

1 comentario:

Primavera dijo...

Hay que volar y dejarse de nuevo cautivar por unos ojos que llegan a contactar con el alma.
Hermoso poema.
Saludos