domingo, 18 de marzo de 2012

REESCRIBIRTE



He decidido reescribirte
a los pies de la calima
que te ocultaba de la vida
y te impedía respirar en libertad.
He querido que mis dedos
susurrarán a tus manos
la substancia de lo que eres,
para lanzar al viento el tañer
de las campanas que en tu piel
huelen aromas de jazmín,
y que hoy tocan a arrebato
por lo que nos sucede.
Ya estaba bien de languidecer,
que la sangre se escondiera
y se eternizaran los hechos
del ayer que grabó tu herida.
Te reescribo para darte
la bienvenida a la calidez del sol,
a la brisa plateada de la luna
y que en los amaneceres
sientas arder las brasas de la tierra,
transformadas tus venas
en estelas de lava ardiente
que grave con fuego en tu pecho
el hálito del amor y la pasión.
Te reescribo para arrancarte
de una vez por todas las astillas
que aún lleves clavadas en el alma
e incitarte al paraíso de los sueños,
para ser el candil que te ilumine
el camino de regreso a la ilusión,
para despertarte la sonrisa
y que se te vuelva imperecedera
mientras florecen los cerezos
en la primavera de tu corazón.

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