sábado, 18 de febrero de 2012

POESÍA


Cuarenta y seis pesetas
valía en 1975
una antología de Machado,
el acontecimiento que me hizo
descubrir la poesía.
Ya ajado, pero orgulloso,
ese ejemplar
aún se conserva vivo
en la estantería donde convive
con libros de otros poetas
que marcaron una trayectoria
directa hacia la escritura.
Hoy lo he estado hojeando
como quién mira un tesoro
y sus hojas amarillentas
conservan intactas
las emociones que despertó
en el altar de mi vida.
Su contenido no está solo,
le acompañan las palabras
de tantos otros poetas
que han ido construyendo
sensaciones en mi alma,
abocada el paraíso
de los mensajes que encierran.
Cuarenta y seis pesetas
que ya no existen,
como tampoco somos ya
lo que fuimos o en su momento
pretendimos ser.
Pero afortunadamente
lo que aquél libro sembró
sigue más vivo que nunca.

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