Todos los frutos
esconden maravillas,
el higo también
es rehén de las suyas
hasta que unos dedos
ansiosos lo abren
para solaz de los ojos
y las glándulas salivares
de quién sabe que tendrá
la suerte de saborearlo.
Entonces se presenta
en todo su esplendor
de pulpa substanciosa
como la brillante,
rosada y húmeda
entraña que espera
la caricia de unos labios.
El higo es un fruto
con una perturbadora
ruta que invita
a viajar hasta el centro
mismo de su universo
a partir del orificio
por donde ha de reventar
satisfecho de ser alimento,
y desgranar su esencia
a la luz de la desnudez
del alma, la carne y la piel
que en si lo conforman.
1 comentario:
Madre mía, hasta con el higo te ha salido perfecto!!!!!!!!!!!!
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