jueves, 9 de febrero de 2012

ODA AL HIGO


Todos los frutos
esconden maravillas,
el higo también
es rehén de las suyas
hasta que unos dedos
ansiosos lo abren
para solaz de los ojos
y las glándulas salivares
de quién sabe que tendrá
la suerte de saborearlo.
Entonces se presenta
en todo su esplendor
de pulpa substanciosa
como la brillante,
rosada y húmeda
entraña que espera
la caricia de unos labios.
El higo es un fruto
con una perturbadora
ruta que invita
a viajar hasta el centro
mismo de su universo
a partir del orificio
por donde ha de reventar
satisfecho de ser alimento,
y desgranar su esencia
a la luz de la desnudez
del alma, la carne y la piel
que en si lo conforman.

1 comentario:

Montserrat dijo...

Madre mía, hasta con el higo te ha salido perfecto!!!!!!!!!!!!