martes, 14 de febrero de 2012

LA LLUVIA



La lluvia magnifica
ese lánguido espejo
que refleja el suspiro
de los corazones
si sueñan con motivo,
pero curiosamente
tiene el mismo efecto
incluso cuando sufren.
Nada puede sembrarse
en una gota de agua,
pero todos la tenemos
asimilada como símbolo
que nos habla de la vida
y hasta nos emociona
cuando empapa la tierra.
Y aunque así sea
las lágrimas de las nubes
dibujan de melancolía
el entorno y los ojos,
caen en las ventanas
dibujando caminos
que son como huellas
descarnadas del azar
mientras tras los cristales
se desmenuzan besos
en la humedad del alma
cuando el cielo ha sido
lacerado por la tormenta
y nada puede sembrarse
tras las heridas de los días.

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