al filo del horizonte
es donde se encuentran
los pensamientos de ambos.
Es ahí donde las palabras
que temen decirse
se hacen nexo y nítida voz
desde la distancia.
Justo en la confluencia
de ese estar tan lejos,
en el silencio del bullicio de la vida
y en el ruido silencioso de la soledad,
sus voces llegarán francas
de un sentido que los une.
Se instan entonces a decirlo todo
porque ya no temen
al espejismo de la nada.
Escuchan emocionados
a unos ojos que se conocen
y ven una voz que les habla
para decirles lo que tanto
han ansiado oír.
Y se entregan a la extraordinaria
lid de batirse a duelo
con los pasos que les llevan
a entregarse la una en el otro.
Ella se abraza con furor a él
y del abrazo nacen
todos los misterios que se aclaran.
Él la abraza a traspié de todo,
a contrarreloj y sin temores.
Se abrazan ya juntos
a todo lo azul que los envuelve.
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