Besarte para comprobar
la dulzura de la miel
que atesoras en los labios.
Besarte para ponerle sello
a la magia inherente
de un montón de amaneceres
indisolubles a tu lado.
Besarte en el abrazo
de las buenas noches
que nos acunan
entre los cobijos del sueño.
Besarte como celebración
en los soplos de alegría
que saben mejor
cuando son compartidos.
Besarte como consuelo
cuando las lágrimas
pregonen en tus ojos
las congojas del vivir.
Besarte mi contento
por haber encontrado
un lugar en tu existencia.
Besarte para premiarme
con un pedir de boca
ensimismado de ternura.
Besarte para sentir
un torbellino de pasiones
que succionan juntas
el sabor de su pureza.
Besarte en suma
para sentir que me besas
y proclamar de esa manera
la sentencia del amor
que a ambos nos libera.
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