lunes, 5 de diciembre de 2011

ILEGALES



Hay palabras terribles
que aunque no pertenezcan
a ningún relato kafkiano
encierran en sí mismas
un universo de pesadilla
tan real como la vida misma.
Hay una en concreto
que designa a personas
obligadas a la invisibilidad
para sobrevivir:
Es el nuevo estigma,
una expresión ya tan corriente
e incuestionada
como el hecho de equipararla
a delincuencia.
Nos hemos vuelto miopes
e insensibles,
en determinadas circunstancias
nos negamos a ver al ser humano
lo que hace más sencillo
el hecho de perderle el respeto.
De los muros de la guerra fría
hemos pasado a levantar
férreas fronteras contra la gente,
y procesamos a esos otros
que llegan con un color,
una mirada o un acento diferente
sin haber cometido ningún delito.
Lo mismo que en aquél
relato de Kafka que tanto horror
nos causó en su momento.

1 comentario:

laindefensiónaprendida dijo...

¿Por qué no arreglar la propia casa, plantar un huerto, organizar su jardín, hacer el pan y...defenderse de los corruptos, dando posibilidades de futuro a la propia descendencia para evitar la proliferación del caos?.¿Por qué no trabajar y barrer la casa hacia adentro?.
Responsabilizo a las propias "Élites" de los paises de los desastres. Y a sus habitantes, por permitirlo. Primero hay que amarse así mismo y a su país. Tu prójimo es tu prójimo, TU PRÓJIMO.
Las élites del tercer mundo (y del segundo) son las primeras que no aman a sus prójimos,(las del primer mundo han pasado ya una Revolución francesa).
Saludos