martes, 6 de diciembre de 2011

EL REGRESO



La eternidad de un día
puede no ser suficiente
para buscar una respuesta
a la soledad
y se desatan las preguntas:
¿Volverás a ser
lo que fuiste desnuda
en aquellas tardes con
tantos incendios provocados
por tus argucias libertinas?
¿Descenderán de nuevo
tus pechos hasta mi boca
y se quedarán allí
temblando
los muy esféricos
provocando que el ansia
se me escurra entre los poros?
¿Se alzará otra vez
tu vientre hasta mis labios
y se quedará allí
palpitando
el muy isósceles
provocando que la dicha
se me escape entre los dientes?.
¿Regresará de nuevo
el ayer que apasionamos
cuando desearte era una fe
y más que besar,
te succionaba el sudor
y los rugidos del alma...?
¿Retornarán los días
donde el potencial ahora latente
se manifieste libre
y esa mezcla indisoluble
de pasión y ternura
prenda en tu cuerpo y el mío?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas dudas...
C.

Pacogor dijo...

En realidad no son dudas, sino deseos...