jueves, 22 de diciembre de 2011

BARRANCOS



Maravillas naturales
que abren en canal
las entrañas de mi tierra
buscando el horizonte
que se adivina sobre el mar.
Brillante espectáculo
que cambia de colores,
aromas y matices
según la época
del año en que te acoge.
Lugares que se perpetúan
palpitantes de vida
donde los elementos
han esculpido años
de hechuras siempre
sorprendentes
y el agua se siente libre
para correr a su antojo.
Riscos que intentan atrapar
a las nubes en el cielo,
laderas mareantes
de acantiladas bellezas,
roques de energía telúrica
ya apaciguada
por el paso de los siglos
y modelados por la acción
de los elementos.
Barrancos isleños,
perturbadores de almas
donde lo inmutable
se hace historia
y enseña el verdadero
atributo de un tesoro
cargado de profunda filosofía
por apego a la raíz
de lo que siempre hemos sido
y jamás habría de cambiar.

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