jueves, 8 de diciembre de 2011

APRECIADO BALTASAR



Supongo que te sorprenderá mi carta. Ha sido mucho tiempo sin estar en contacto y es normal si te choca un poco que a estas alturas vuelva a dar señales de vida. En realidad no sé muy por qué te escribo. Puede que sea porque formas parte de uno de los mitos más queridos de mi niñez y que a pesar de los años aún me resista a dar esa etapa de mi vida definitivamente por perdida.
Que puedo decirte de mí que ya no sepas... Los mitos como el de tu existencia perdurarán siempre, porque la ilusión está íntimamente asociada a la niñez. Por eso siempre estarás presente en nuestras vidas, y esa es la base de mi seguridad en que lo conoces todo sobre nosotros, aunque algunos ya te hayan olvidado. No te preocupes, no quiero pedirte regalos, me basta con el cariño que me profesas. Como no reinas, porque en realidad eres un Mago, tampoco te afecta demasiado mi mal llevar con las monarquías, permíteme la broma que no quiero ponerme demasiado transcendente.

Y como no pretendo robarte mucho del poco tiempo del que dispondrás a estas alturas del año, paso a comentarte la razón de la carta:

Tenemos a la vuelta de la esquina un año nuevo. Por favor, ponte con contacto con él antes de que llegue y te pido que le transmitas unas cuantas cuestiones que me gustaría plantearle...

Dile de mi parte que no nos venga con las argucias de siempre, que ya nos conocemos. Porque por mucho que se disfrace con un número nuevo cada doce meses, en realidad siempre es el mismo. Esta vez toca el 2012 y dicen que incluso viene en principio con aires fatídicos… La pregunta es si alguna vez ha dejado de serlo. Nos han engañado tanto que celebramos su venida cuando está aquí desde siempre. Agradecería que le transmitieras que no me engaña y que se lo digo desde ahora porque ya estoy empezando a percibir sus maniobras comerciales, su apariencia políticamente correcta y su miedo, ese miedo que reparte de forma tan generosa por el mundo.

Sé de sobra que no tiene nada de sagrado, por más que se adornen las calles para recibirlo. Su afán depredador no tiene nombre y está instalado en nuestras vidas para controlarnos y no salir de ellas jamás porque no permite que seamos libres. Como siempre ha sido, por otra parte, pro parece que la cosa va a peor. Albergo la esperanza de que los seres humanos recuerden que vinieron al mundo con algo superior a él en su interior, porque si los desmenuzamos, descubriremos que los años sólo están hecho de tiempo. Ya sé que ha conseguido conformar nuestros egos productivos y consumistas, ha puesto mucho interés en ello. Y se ha esforzado a conciencia, obteniendo una inestimable ayuda entre algunos sectores de la sociedad que han contribuido a crear un bufón en nuestro interior, un fantasma con hambre de poder adquisitivo.

Hemos de reconocer que ha sido hábil, que ha escrito la historia con sus números. Pero ya te digo que no pierdo la esperanza. Nacimos con algo superior dentro. Y algún día los seres humanos le arrojarán por la borda de sus corazones y empezarán a construirse de nuevo, con esa sabiduría inconsciente que tuvieron alguna vez en la infancia que tú tanto amas. Es una situación crítica que tarde o temprano habremos de vivir todos. Algunos esperarán a la muerte para ser conscientes. Esa es su ventaja. Otros se darán cuenta en su madurez. Esa es mi expectativa.

Mientras tanto, le seguirán mencionando a cada instante para medir los índices de pobreza, los impuestos, los encarecimientos de la deuda o la inflación interanual. Siempre lo han nombrado con respecto a si mismo como si fuera otro. Aunque siempre haya sido el mismo.

Se lo haces saber de mi parte: Le hemos descubierto su juego. Espero y deseo que en este ¿comienzo? de año empiece su decadencia.

No hay comentarios: